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Funcionando desde el 25 de septiembre, Caminando Juntos se transforma en el tercer proyecto operativo de la fundación en Renca. De esta manera, fortalece no solo los emprendimientos de los y las beneficiarias, sino también las redes y tejidos que Crecer ha establecido con la comuna.

Haciendo trabajo en terreno, Raúl Astudillo se percató de una cosa: la comuna de Renca es una de las mejores áreas para encontrar gente emprendedora, con ganas de salir adelante y con un emprendimiento que esté dando frutos. Zonas como Población Victoria; la feria Diego Portales, también conocida como feria Lourdes; la Villa General Vergara; y la corporación municipal La Fábrica han sido claves para la fundación, estableciendo bancos comunitarios para emprendedoras en unidades vecinales hermanas.

Motivado por este impulso, contactó a más mujeres del sector que aún no participaban en algún banco comunitario, muchas de ellas pertenecientes al programa Mujeres Jefas de Hogar. Así, con todos los contactos en orden, dieron inicio a un nuevo proyecto: el tercer banco comunitario del sector, llamado Caminando Juntos.

Raúl, quien es coordinador de proyectos de Fundación Crecer, comenta: “Nuestro fin, como fundación, siempre es apoyar a las mujeres vulnerables que estén en situación de pobreza, que no sean el perfil de la banca establecida tradicional, y que tengan la necesidad de invertir en su negocio para salir adelante. Les ofrecemos apoyo en microfinanciamiento para su emprendimiento, capacitación en competencias técnicas y personales, y acompañamiento a nuestras emprendedoras, con el fin de fortalecer sus negocios y contribuir a la mejora de su calidad de vida”.

El tejido en Renca

“Caminando Juntos” se integra a “Todos Unidos” y “Fuerza de Mujer” como el tercer proyecto en la comuna. “Nosotros llevamos tres años operando en Renca”, dice Raúl. “Conocemos bien el terreno y hemos generado muchas redes, facilitando la apertura de este tipo de iniciativas”, agrega.

Mediante el conocimiento del territorio y las características de sus habitantes, se identifica el perfil adecuado de emprendedora que la fundación requiere para iniciar la conformación de bancos comunitarios. “Tenemos una estrecha relación con la municipalidad, que nos da apoyo facilitando el contacto con las emprendedoras de la comuna, para que podamos abrir un banco que prospere, ayude a las beneficiarias y fortalezca el tejido social que estamos construyendo todas las fundaciones de fines y acciones nobles del país. Queremos que estas acciones sean un win/win entre la comunidad, la fundación, el municipio, y todas las instituciones y organizaciones que operen en el territorio”, afirma.

Raúl destaca los espacios, como la Corporación Municipal La Fábrica, donde pueden hacer sus reuniones. Esto les permite operar en la misma comuna, legitimando el territorio, y tener mayor contacto con las personas, para así transformar esta tierra en una más fértil para otras bancas comunales.

¿Cómo se beneficiarán los y las emprendedoras de este banco?

Como todos los bancos, las emprendedoras pueden optar a los Préstamos de la Banca Comunitaria que parten de $160.000. Sin embargo, el monto puede aumentar progresivamente hasta llegar al $1.000.000.

Las beneficiarias también forman parte del taller “Juntos Crecemos”, diseñado para abordar temas que promuevan la cohesión grupal, que destaca valores como el compromiso, la confianza, la responsabilidad y el respeto. Su objetivo es fortalecer el sentido de pertenencia de las participantes mediante un espacio de interacción socio afectiva que favorezca la inclusión en el grupo.

Las expectativas de las emprendedoras

Geisy Ríos estaba conversando con sus amigas del programa Mujeres Jefas de Hogar cuando comenzaron a hablar de la labor de Fundación Crecer. Su interés fue inmediato, pues tiene su propio emprendimiento: Decobell, un proyecto dedicado a la decoración de eventos y fiestas que busca crear ambientes festivos y divertidos. Además, también ofrece ramos buchones. Inspirada, Geisy contactó a Raúl y decidió sumarse al tercer banco sin dudarlo.

“Para mí, ser parte de esto es una inyección para poder acceder a más cosas. Invertí en mi negocio, y en otro más, dándome la posibilidad de crecer y avanzar. Con esta plata compré fardos de ropa y ahora también me estoy dedicando a eso. Me siento como un camaleón de los negocios”, comenta.
Con el respaldo de la fundación, Geisy está motivada a continuar creciendo para lograr su próximo objetivo: adquirir mobiliario para Decobell.

Caroline Salinas es de la Villa General Vergara y usualmente visita la Feria Lourdes. Ella, de igual manera, forma parte de esta banca comunitaria y, al igual que Geisy, también se enteró por el boca a boca. Ella lidera Caroline Comercializadora, un emprendimiento de venta de artículos por temporada. Aprovechando la época de Halloween, Caroline ha ampliado su inventario con disfraces, pinturas y calabazas para que los niños salgan a pedir dulces. Su negocio también incluye artículos para el hogar y ropa, que varían según la temporada.

Ser parte de este banco comunitario ha motivado a Caroline a fortalecer su negocio, cubrir sus necesidades financieras y de salud, y alcanzar nuevas metas. Con el tiempo, sueña con estabilizarse e innovar en su emprendimiento, incluso con la posibilidad de dar empleo a más personas.

“Creo que esta es una gran oportunidad para expandir nuestro negocio”, comenta Caroline. “Las charlas y talleres nos ayudan a reducir el estrés laboral. Estoy agradecida con la fundación, tanto por el apoyo económico como por las actividades que ofrecen”.