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Son un tipo de crédito diseñado para apoyar a emprendedores de manera personal. El monto otorgado se ajusta a las necesidades de cada persona, y el plazo de devolución puede extenderse hasta 24 meses. A diferencia de los microcréditos, estas prestaciones no están vinculadas a los Bancos Comunitarios.

Hace unas semanas Mariela, motivada a seguir creciendo con su emprendimiento de repostería, postuló con éxito al préstamo individual de Fundación Crecer. Con este logro se convirtió en la octava persona de la fundación en querer optar a este beneficio, que puede llegar a abrir nuevas oportunidades en su camino.

El final aún no está claro para esta emprendedora, pues es un viaje de mucho esfuerzo, cuentas y, sobre todo, números. Mauricio Malbrán, vicepresidente de Fundación Crecer, explica que este proceso “depende de que logren ordenarse, y ser capaces de descubrir y conocer cuánto ganan. Semana a semana, les pedimos anotar sus ingresos y sus gastos con todo detalle. Normalmente, en un mínimo de tres meses logran entender la mejor forma de apalancar su negocio, y así podemos evaluar si la inversión que están pensando hacer dará los frutos que ellos imaginan o no. Nuestra misión es acompañarlos en ese proceso”.

¿En qué consiste el préstamo individual?

“El préstamo individual no nació con la fundación”, comenta Mauricio. “Nosotros conocemos a nuestros emprendedores. A diferencia de los bancos tradicionales, no los vemos como números. Así nos dimos cuenta de que, para algunos, los microcréditos se les estaban haciendo chicos. Vimos esta necesidad y decidimos abrir este espacio”, añade.

El préstamo individual es una ayuda que proviene del Fondo de Desarrollo de la fundación y permite entregar créditos de hasta $5.000.000 a emprendedores de manera particular. El monto dependerá de la necesidad de la persona y su ciclo de devolución es de hasta 24 meses.

Ahora bien, ¿cómo se puede postular a este beneficio? Los requerimientos son simples: Los que quieran optar al préstamo individual deben haber sido miembros estables de un Banco Comunitario, haber mostrado responsabilidad y compromiso en los pagos, y haber demostrado que el dinero otorgado es fundamental para hacer crecer su negocio por medio de la adquisición de equipamiento en activos fijos.

Con estas condiciones, el crédito está abierto para todo emprendedor que quiera dar el siguiente paso.

Diferencias con los microcréditos

El préstamo individual no es lo mismo que el microcrédito. En primer lugar, los microcréditos se manejan con montos menores, de entre $100.000 hasta $500.000. Además, estos se otorgan a través de Bancos Comunitarios, que son grupos de hasta 20 personas que se comprometen mutuamente como avales solidarios para garantizar el pago del financiamiento. Otra diferencia es que tienen un ciclo de devolución de hasta 16 semanas.

La idea de los Bancos Comunitarios proviene de Muhammad Yunus, un emprendedor social indio que ganó el Premio Nobel de la Paz. Mauricio indica que, con esta implementación, la tasa de retorno es de un 100% pues “no le estás fallando a un ente sin rostro, sino que estás quedando al debe con tus amigos”.

“Con los microcréditos no podemos arriesgarnos a entregar montos mayores como los del préstamo individual. Si una persona llegara a fallar afectaría directamente a su Banco Comunitario, y esa no es la idea. Debemos tener claro y estar siempre alertas a que este beneficio no se convierta en un salvavidas de plomo para nuestros emprendedores”, agrega Malbrán.

Casos exitosos del préstamo individual

Hasta ahora, esta ayuda unipersonal ha sido otorgada en tres ocasiones. Uno de estos casos fue al matrimonio de Ulises Merced y Myriam Huenuqeo, quienes, con esfuerzo y dedicación, lograron sacar adelante su food truck.

Al comienzo, tenían un carrito donde solo vendían desayunos frente a una obra para tener un sustento diario. Con el tiempo, y también tras pasar varios altos y bajos, decidieron invertir en un carro funcional y de multiuso. “Fuimos a cotizar carros y no nos gustó nada. Alguien dijo: ‘¿Por qué no se meten en un food truck?’. Pensábamos que era mucha plata y se nos venían muchas ideas hasta que la Johanna, de Fundación Crecer, le habló a Ulises sobre este nuevo crédito mayor de hasta 5 millones de pesos”, afirmó Myriam en el libro Historias de Valor de la fundación. “Nosotros conversamos con el Señor, oramos y dijimos que vamos por los 5 millones para lo que queríamos realmente. ¡Y salió!”, agregó Ulises.

Sobre los casos previos donde se otorgó el préstamo individual, Mauricio destaca que los beneficiarios “estuvieron dispuestos a hacer el cambio”, siendo clave el ordenarse, seguir el proceso y responder a la fundación. “Ellos lograron sacar partido del préstamo tal como lo dijeron al postular. Es gente reinventándose y floreciendo en la vida”, concluye.