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Entre las principales necesidades detectadas está la inversión, el desarrollo de habilidades duras y blandas y el acompañamiento generalizado, tanto para temas económicos como para digitalización. Un reciente informe de OCEC-UDP, ChileMujeres y CCS reveló que cerca del 70% de las microemprendedoras del país no está formalizada.

De acuerdo al informe “Microemprendimientos y Brechas de Género” –elaborado por el Observatorio del Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales, Fundación ChileMujeres, Zoom de Género y la Cámara de Comercio de Santiago (CCS)– la ocupación informal de las microemprendedoras aumentó de 65,1% a 69,5% en el trimestre febrero-abril 2024 respecto del 2023.

Los resultados mostraron un fuerte deterioro en la composición del aumento anual del microemprendimiento, con mayor énfasis entre las mujeres. Si comparamos febrero-abril 2023 con febrero-abril 2024, se observa que existen 39.557 microemprendedoras formales menos, lo que equivale a una disminución de 13,1% anual.

Respecto a esto, Raúl Astudillo, Coordinador de Proyectos de la Fundación Crecer, explica cómo contribuyen a mejorar la calidad de vida de las microemprendedoras a través de los ocho Bancos Comunitarios que se han creado en comunas como Huechuraba, Lo Prado, La Pintana, Renca, Estación Central y Pedro Aguirre Cerda de la Región Metropolitana.

“Tenemos casos de emprendedoras que partieron con nosotros vendiendo ensaladas fuera de su casa y ya tienen un almacén de barrio, por ejemplo. Por supuesto que se trata de un largo camino, con esfuerzo y acompañamiento, donde se pueden ver los resultados a corto, mediano y largo plazo, dependiendo de cada caso”, indica.

Y continúa: “Dada esta situación de vulnerabilidad, tienen la necesidad de herramientas que las ayuden a desarrollar habilidades duras y blandas. Todas cumplen con el perfil general de ser mujeres emprendedoras que crean un trabajo por cuenta propia, muchas veces porque no están calificadas para algún trabajo o porque este le requeriría mucho tiempo y no podrían cuidar a sus hijos. Por ende, salen a emprender”.

Las principales necesidades de las microemprendedoras

El coordinador de Proyectos señala que el tipo de ayuda que más requieren estas mujeres emprendedoras no se trata únicamente de inversión, sino también de un acompañamiento por parte de las trabajadoras sociales. “Muchas de ellas trabajan de manera informal o están en proceso de formalización, por lo tanto, deben hacer crecer sus negocios y para eso necesitan inversión y asesoría general. Nosotros las ayudamos a conseguir micropréstamos para sus negocios, a formalizar sus emprendimientos, a lograr metas por sí mismas y, así, pueden ir generando un círculo virtuoso donde pueden invertir y hacer escalar orgánicamente sus negocios”.

Raúl Astudillo agrega que ellas no son perfiles para entidades crediticias formales, sino que por el contrario, son muy buscadas por prestamistas informales que no representan una solución saludable para ellas. Es por esto que la Fundación Crecer les entrega una alternativa de acuerdo con lo que producen, con sus gastos mensuales y con lo que pueden pagar. Estos préstamos parten de montos muy bajos y van escalando en la manera en que sus emprendimientos van mejorando.

“Nuestro trabajo también consiste en acompañarlas en esa inversión en sus negocios, tanto en insumos como en maquinarias. También las asesoramos en cómo ir fortaleciendo sus negocios y mejorar los precios al crear una estructura de costos. Vamos viendo diferentes facetas que el negocio necesita para que ellas vayan obteniendo más ingresos y, a la vez, puedan mejorar su calidad de vida”, expresa.

Asimismo, detalla otras necesidades vitales para el desarrollo personal de las microemprendedoras: “Se trata de fomentar sus habilidades blandas a través de coaching ontológico, esta herramienta las ayuda a resolver temas de personalidad, conocerse a sí mismas y comprender que pueden trazarse metas y cumplirlas. Este tipo de coaching no es asequible en barrios marginales, por lo que hacemos un verdadero trabajo con las emprendedoras para que ellas puedan acercarse, confiar en sí mismas y en la comunidad y con ello, superarse en diversos ámbitos y mejorar su calidad de vida”.

El acompañamiento por parte de las trabajadoras sociales también es una de las principales necesidades detectadas por el equipo de la Fundación Crecer y uno de sus pilares destacados. “Conocer a las microemprendedoras a fondo, sus vidas, dónde viven, acompañarlas en las capacitaciones y reunirse con ellas una vez a la semana en los Bancos Comunitarios abre muchas puertas para promover la confianza y que sigan los consejos”, puntualiza Raúl Astudillo.

Alfabetización digital, un aspecto relevante

En Fundación Crecer están desarrollando programas de alfabetización digital de manera interna y con fundaciones hermanas para entregar inducción a las microemprendedoras en materia de digitalización. Estos incluyen desde usos básicos de aplicaciones de teléfono a realizar trámites en los portales del Estado, transferencias bancarias o pagos en línea.

“Sabemos que la tecnología tiene múltiples ventajas. Una cosa es hacer un trámite físicamente y otra realizar un depósito a través de un celular, por ejemplo, ahorrando transporte, tiempo y costos. Es más eficaz con la digitalización. Además, hay instituciones del Estado con servicios en línea, como la actualización de la ficha del Registro Social de Hogares y las postulaciones a Fondos Públicos y Privados para Emprendedoras, entre otros”, dice el profesional.

En el caso de las microemprendedoras, Raúl Astudillo indica que existen aún muchas brechas. “En Fundación Crecer vemos a la persona y cómo usa el teléfono. Algunas no saben usar pantallas táctiles, así que les enseñamos desde lo más básico hasta las configuraciones, las copias de seguridad de WhatsApp y cómo utilizar una tienda en Instagram para vender. Las acompañamos en su alfabetización digital para que puedan integrarse al mundo digital”, explica.

“Como las conocemos bien, sabemos sus habilidades y dificultades para potenciar su negocio cuando ya estén alfabetizadas digitalmente. Consideramos muy importante capacitar a las personas para que sean parte de esta transformación digital que vive la sociedad para que no sean marginadas en este ámbito”, concluye.